jueves, 10 de noviembre de 2016

Adonde haya un río

Supe de cosas que iba a querer hacer sola.
Presenciar la noche y su luz apagada
huir de las estrellas
palpar la textura de los bichos muertos
tocar el agua cuando hierve
dorarme la piel al sol
como si fuera el cuero
de los animales del desierto,
entibiar la leche de un hijo
salir corriendo sin rumbo
adorar mi desnudez
subirme al auto y darle arranque,
llevarme adonde haya un río.
Detenerme en la oscuridad
no ver nada por un rato,
amamantar
llorar con volumen alto
hasta quedarme sin escucha.
Soltar la mano de mamá
salir sin heridas
sangrar sin cicatriz.
Supe que no habría nadie más
que este corazón mío que late
y mi silencio para oírlo quedarse
cerca,
como un maullido
como una luz que no encandila.