miércoles, 28 de octubre de 2015

Sur


No iba a poder 
controlar todo.
Lo supe la tarde en que el mar subió
en una ola 
alta hasta nosotros.
Alcanzó las piernas las caderas
la cintura al sol
los libros los papeles 
el lápiz los dibujos.
El mar 
una belleza incomparable
que podía llevarme hundida.
No era el agua
no era la ola
no era la arena infinita.
Era el recuerdo de un miedo 
nunca antes visto.
Lo único que controlo
no tiene nombre
pero es mío.




lunes, 7 de septiembre de 2015

Cartografía

No empieza ni termina
como el hilo 
sobre el mapa que enrollaste.
Adentro las montañas
pintadas de verde
y el cielo azul.
La cercanía con el sol
lo vuelve celeste.
El sol lo ve brillante
y no distingue
más que el blanco.
No empieza ni termina.
Como los giros de un trompo
o lo que dijimos
o tu nombre.
No empieza ni termina
como las guías para los árboles.
El nudo no marca
más que un encuentro.



viernes, 21 de agosto de 2015

Tanque de agua

Adentro del agua el foco
llega a mostrarlo todo,
¿cuál es el cielo? pregunta Walter
mientras dibuja 
el tanque en la terraza.
La carbonilla sobre el papel
no alcanza el sonido
de las ondas en el fondo.
Las líneas trazan
la medida de un recuerdo,
no se define el punto fijo de los ojos.
El sol ancho, agua
al ras del borde.
Los dos movían los pies para rodar.
En sincronía rozaban sus plantas
hasta que el agua,
los llevaba sin esfuerzo.
Ni un solo movimiento.
Flotaban quietos en el círculo
y no era pausa.
Darse vuelta, dejar salir 
los globos de aire
que es lo único que suena.
La chispa que rompe la hora de la siesta.
El tanque seguirá tibio
y Walter verá 
la Osa Mayor titilando el dibujo
del mismo recuerdo en el cielo.


miércoles, 29 de abril de 2015

Cosecha

Vos de espaldas
cargabas una pala
con la que íbamos a cavar el pozo.
Yo callaba
y el sol pulía el suelo,
más espeso que la bruma
ese polvo del aire.
En mi mano derecha
puño cerrado 
pinza firme,
estaban las semillas.
Después de cualquier muerte
para sobrevivir,
hay que enterrar vida.



lunes, 16 de marzo de 2015

Leleque

Era invierno
y te perdiste en Leleque,
tierra mapuche, vaina suelta
monte amarillo.
En la noche abierta del sur
la escarcha no oculta,
no miente
la escarcha del frío encandila.
Esperaste al sol
envuelto en manta
y no, no había nieve
ni luna llena,
pero ese blanco
lumbre recién venido
tapa del cielo
marcaba tu casa.




martes, 20 de enero de 2015

Lobito


El lobo blanco
se hundió en el agua
de color púrpura con la tarde.
Una alegría sin sonido
más que el desprenderse
de algunas matas del arroyo.
No volverá.
Pero esa mañana
después de la luna
el lobo había vuelto.
Una resurrección
en medio del monte
un acto secreto
que sería el anuncio:
tuvo que sacar del cuerpo
algunos males,
dejarse andar al agua
soltar primero la tierra.
Cuando nos fuimos de la casa
ya era verano.
Viajamos hasta el sur
a pasar el año nuevo.
Seguro amanecía
y el lobo esperó para no ser visto.
Se fue blanco,
entró al arroyo, a sus ranas
que tampoco suenan.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La comadreja



Hay un pequeño arroyo
que cruza la ruta
en el camino de tierra,
es de noche y vemos solo
algunos faroles encendidos.
La luna chispea sobre el suelo
marca el azul profundo del agua.
Parás el auto
la comadreja se alumbra 
en la entrada de la casa.
Es grande como un gato
sus garras tocan
las filas del portón.
El cuerpo gordo, erizado, su pelaje cobre.
Parece tibia.
Una boca como de oso.
Sus ojos, muy pequeños.
La comadreja me asusta
pero ella apenas se mueve.
Me asusta porque me atrae.
Es la primera vez que veo una
entonces, no sé cómo nombrarla.
Estoy al lado de un hombre
que despejó el follaje 
para mostrarme un animal
que no había visto antes.
Como al hombre y a ese pato
que se acerca por el arroyo.
Distingo bajo la luz de los faroles
solo las plumas del pato, blancas.