domingo, 15 de septiembre de 2013

Monte Hermoso


Escalamos la montaña
de arena.
Se queman
las plantas de los pies
nos acostumbramos
pisamos con fuerza
queremos llegar
al centro de la tierra.
El médano dorado
parece un meteoro.
Nosotras lo queremos
es nuestro refugio del verano.
Desde lo alto
cerramos los ojos
nos tiramos 
y rodamos por la superficie
plana de la playa.
Estamos lejos de la cima otra vez.
Tenemos arena en los ojos
las uñas los oídos
la boca.
Masticamos los granos
que se disuelven
como el azúcar de los copos
o la sal del mar.
Te miro, estás riendo
te ves tan parecida a mamá.
El sol del mediodía
nos deja la piel
cada vez más roja.
En el cielo
no hay una sola nube.
Al costado del monte
unos cardos, unas flores amarillas
que me recuerdan a los penachos
que crecían en nuestro balcón.
Miramos otra vez la cima.
A lo lejos suena el mar.
Después de varias escaladas
iremos a zambullirnos
hasta quedar transparentes
como las algas.

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