domingo, 3 de abril de 2016

Matriz


Matriz
Cuando sentí mi útero
tibio
guardaba las luces de la vida
dejé el dedo quieto
para contener algo
de esa potencia
dejé mis ojos abiertos
para ver el cuerpo en su totalidad.
En mi dedo estaba ella
y no se movía.
Tuve que sacar las manos
ya ni el hueso
respondió.
Lo primero que dejaste morir
fue esa mujer.


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