Podría ser que no fuera el
invierno
las hojas o su sequía.
Podría ser que no fuera
más que un error
del que no teníamos idea.
Un error que no habíamos
imaginado
como quien planta una semilla
y olvida el nombre y lo que nace.
No vimos al viento llevarse todo.
Era la marca que íbamos dejando
un surco en la tierra
una manera de no morir.
Desenterrar un bulbo
y preferir que espere
congelarlo
para que el tiempo
sea un punto quieto
que nos obedece.
Mucho más que el campo
que la arena
mucho más que el cielo,
así de grande
era lo que no vimos venir.
Podría ser que amo
las flores tal como nacen
podría ser que voy a evitar
doler siempre
aunque eso no sea posible.
Dejamos la bendición,
era un fruto
que no vimos desaparecer
era la potencia
terrible de la niebla
que tapaba los brotes
salvajes.
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