sábado, 23 de julio de 2016

La planta

No íbamos a saber 
de la fuerza del olivo
hasta probar sus frutos, 
carnosos y llenos de sal.
Hasta sentir, adentro del cuerpo
la línea viva
como un néctar negro de planta
que recuerda un camino.
No íbamos a saber 
de la forma del alma
hasta abandonarnos a ella.
El futuro se deshacía.
¿Te olvidaste de las flores?
Yo no, yo nunca
ni una sola vez 
dejé de mirar sus pétalos.
No íbamos a saber de la muerte
sin antes morir con nosotros.
El cuerpo 
se había vuelto verde
era una piedra 
que dejó entrar al agua
lo que veíamos era el fondo de las cosas
el tallo terso
el brote limpio.
No íbamos a saber 
la precisión de sus colores 
hasta asomarnos a la luz.


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