Me
mostró su corazón.
En
las láminas
era
un fruto
sobre
esas placas que ahora
vienen
en color.
Estaba
ahí, rojo quieto
pero
vivo,
sus
venas eran raíces.
Latía
en el tejido una fuente.
Los
surcos partían desde el centro.
El
tumor no lo tocó.
En
la foto está intacto.
Tampoco
a la médula
que
es lo primero que late.
La
forma que tenemos
antes
de venir al mundo.
Me
mostró su corazón
abierto, brotaban sus colores
abierto, brotaban sus colores
en
ramas como un árbol.
Pedimos
por él
en
el más profundo secreto.
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